Con Maribel, la directora
Algo que en principio pudo ser desastroso, ya que ni había preparado una presentación formal, ni siquiera me había puesto "presentable" para la ocasión, se convirtió en un acto lleno de calor, comunicación e interés. Me sentí como en mi casa; como tantas veces dando una clase en la Universidad. Me dirigí al público con total naturalidad y respondí a todo lo que allí surgía, sin preocuparme si iba a quedar bien o no. Ser una misma tiene sus compensaciones. Es lo que debo aprender de esta experiencia.
Imagen general de la sala
Después me invitaron a un café con pasteles hechos para la ocasión por las mujeres del club. Una reunión cariñosa y alegre en la que me sentí como en mi casa. Eduardo, Conchi, Julia, Maribel... No olvidaré vuestra acogida, amabilidad y cariño. Espero poder encontrarme de nuevo con vosotros y compartir otros momentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario